miércoles, 27 de agosto de 2008

Julia Prilutzky Farny.


Vuelvo a Mirarte




Vuelvo a mirarte: estás
y eres el mismo:
Los ojos y las manos, y ese gesto
de la boca, entre tierno y despectivo.
Vuelvo a mirarte: ya no digo nada.
Me he quedado de pronto
con los labios vacíos,
sin pasión, sin enojo, sin impulsos,
sin reproches, sin nada que decirnos,
sin nada que pedir.
Sin nada mío.
Apenas con un resto de ternura
no se si para ti o para conmigo
para envolverme en ella al quedar sola,
no más sola que ahora. Yo te miro:
tú estás sereno al fin.
Y estás tranquilo
porque me quedo quieta entre tus manos
y me callo y sonrío:
nunca sabrás, mi pobre amor, qué pienso
cuando sonrío así.
Y alguna vez sabrás que me has perdido.
Mañana o no se cuando. Todavía
no están del todo secas estas ramas.
Pero hoy ha comenzado nuestro otoño
y hace frío
Hoy empiezo a quererte un poco menos,
hoy dejas de dolerme y no estoy triste.

**

domingo, 24 de agosto de 2008

José Angel Buesa



Te acordarás un día...




Te acordarás un día de aquel amante extraño
que te besó en la frente para no hacerte daño.
Aquel que iba en la sombra con la mano vacía
porque te quiso tanto... que no te lo decía.
Aquel amante loco... que era como un amigo,
y que se fue con otra... para soñar contigo.
Te acordarás un día de aquel extraño amante,
profesor de horas lentas con alma de estudiante.
Aquel hombre lejano... que volvió del olvido
sólo para quererte... como a nadie ha querido.
Aquel que fue ceniza de todas las hogueras
y te cubrió de rosas sin que tú lo supieras.
Te acordarás un día del hombre indiferente
que en las tardes de lluvia te besaba en la frente.
Viajero silencioso de las noches de estío
que miraba tus ojos, como quien mira un río.
Te acordarás un día de aquel hombre lejano
del que más te ha querido... porque te quiso en vano.
Quizás así de pronto... te acordarás un día
de aquel hombre que a veces callaba y sonreía.
Tu rosal preferido se secará en el huerto
como para decirte que aquel hombre se ha muerto.
Y él andará en la sombra con su sonrisa triste.
Y unicamente entonces sabrás que lo quisiste.

**
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Pablo Neruda



Tu risa



Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mi todas
las puertas de la vida.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera
pero tu risa nunca
porque me moriría.

**

Julia Prilutzky Farny



Alguna vez



Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
Un dolor que está siempre, agazapado,
Por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
Frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
Lleno de mis imágenes,
De rostros polvorientos.
Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
La soledad es siempre el compañero
Que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
Que dobla y que golpea,
Que rebota en las sienes y en la nuca
Y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
De que ya sea demasiado tarde
Para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
Y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
Perdidas, sin recuerdo,
Tantas palabras que no fueron dichas,
Tantos gestos.
Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
Fue una ardiente rebelde,
Se desolló las manos y la vida.
Por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
Era dura, malévola,
Avara de ternura, con la boca
Mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía...
Qué importa
Lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
Mientras algún dolor - un dolor, siempre -
Va hincando sus agujas en mi cuerpo,
Abro las manos en la sombra dulce
Para atrapar mi soledad, de nuevo,
Y me quedo a su lado, sin moverme,
Con los ojos abiertos
La vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.

**

Matilde Alba Swann


Solo


Y te encuentras de pronto solo.
Solo con tu latido por toda presencia.
Y te encuentras de pronto como si fueras
una cosa cualquiera del camino,
un estorbo, una piedra.
Miras en torno tuyo, y tu búsqueda es vana,
no ves forma ninguna ni escuchas voz humana.
Entonces, para no renegar de tus sentidos
destrozando tu lengua, estallando tu oído,
sosiegas tu impaciencia y sin querer escuchas
y sabes que todavía hay música, que los pájaros cantan,
y que canta la lluvia.
Entonces, te despliegas y buscas
la presencia del "alter" en las cosas pequeñas
que no advertiste nunca.
En la distante cúpula titilan las estrellas
y refulge la luna,
y en campos y praderas hay verdor de promesa.
Y ya no te asusta la soledad
y sin querer advienes a una nueva existencia,
sin el humano miedo y sin la humana tortura.
Trino apenas en la diminuta garganta del jilguero;
un aliento en la brisa, una gota en la lluvia.
Y tu efímera carne, y tu sangre, y tus huesos
se subliman y adquieres transparencia de luna.
Y es cuando aquellos que te dejaron, buscan
saber qué es lo que pudo llevarte a la locura.
Por qué miras el cielo, por qué escuchas la lluvia,
contemplas las estrellas y ofrendas tu ternura
a los pájaros raudos y a la flor que perfuma.
Por qué no quieres manos para estrechar la tuya,
por qué no necesitas bullicio que te aturda,
y ya no esperas nada, y no sientes angustia.
Y te encuentras de pronto solo
como si todavía no hubieras nacido,
o como si ya durmieras tu infinitud de tumba.


**

Dulce María Loynaz




Amor es...


Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:

Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...

Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...

Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...

Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...

¡Amor es resucitar!


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