domingo, 2 de agosto de 2009

Elena Martín Vivaldi


Destino



Entre ti, soledad, me busco y muero,
en ti, mi soledad, mi vida sigo,
vencida por tus brazos voy contigo
y allí te aguardo donde ya no quiero.

Desde siempre en mi calle yo te espero,
y amante de mis noches te persigo,
si alguna vez, dolida, te maldigo,
desde tu ausencia, triste, desespero.

Me diste la esperanza de tenerte
en mi dolor. Guiada por tu mano
subí los escalones de la muerte.

Aquí donde a tu sombra soy crecida,
el tiempo, tuyo y mío, va cercano,
dejándome la sangre ya cumplida.

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Mario Martínez


Una Mirada



Te miraré al pasar, como se mira
aquello que nos es inalcanzable,
suspiraré por ti, como suspira
quien sabe su destino irremediable.

Soñaré tu mirada, cual la llave
que me abra de tu cuerpo el paraíso,
y el fondo de tus ojos, como clave
que me descifre tu alma sin permiso.

Y aunque jamás sabrás mis emociones,
ni este mundo de afectos que me inspiras,
ni esta distancia corta tan distante,

buscando he de seguir las ocasiones,
pues si un día al pasar mis ojos miras
tendré la eternidad por un instante.

*
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Federico Garcia Lorca.


Llagas de Amor



Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.

Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lúbrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacrán que por mi pecho mora.

Son guirnaldas de amor, cama de herido,
donde sin sueño, sueño tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.

Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazón valle tendido
con cicuta y pasión de amarga ciencia.

*
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