miércoles, 18 de febrero de 2009

Víctor Morales Arzaga



Montaña


Me encontré contigo en el sueño dorado de la infancia,
cuando corríamos -contra el viento- hacia la montaña;
nadie supo nunca de nuestra sutil alianza
ni de los motivos propios que nos impulsaban.

Nadie escuchó nunca -como nosotros- a los amigos invisibles
que envueltos en el misterio nos ayudaban
a hacer mil y un cosa, complejas, posibles
ni entendieron la forma en que se manifestaban.

Eran los tiempos de la auténtica inocencia,
cuando podía ver, en el azul de tus ojos, una desconocida inmensidad,
era sentir, gracias a tu compañía, una felicidad completa
y, por tu suave sonrisa, una cercana realidad.

Pero maduramos cuando más necesitábamos del acompañarnos,
cuando nuestros compartidos secretos de niñez aún perduraban,
cuando los poemas que aprendimos aún recitábamos,
cuando nuestros sueños, de estar eternamente juntos, no acababan.

Hoy te recuerdo al golpear la lluvia mi ventana,
al volver a caminar por la calle que nuestros juegos cobijara.
Hoy me parece vernos correr -con el viento- hacia la montaña
y siento, en la serenidad de mi vacío interior, como si aún te amara...

*
*
*

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jackie, Jackie... ¿Por qué este escrito? Es un privilegio que hayas elegido uno de mis escritos para tu blog, un blog saturado de riqueza poética... aunque no entiendo porqué Montaña... en fin =)

Gracias!

Besos.